sábado, 27 de agosto de 2011

Importancia de la evaluación

IMPORTANCIA DE LA EVALUACIÓN

La evaluación en el proceso educativo, la complejidad del proceso educativo en general y de la evaluación en particular, hace que nadie pueda declararse autosuficiente en ninguno de estos dos aspectos del saber. Los objetivos primordiales de la evaluación van desde buscar una mayor exactitud en las mediciones para interpretar una mayor justicia en las comparaciones.
Otros objetivos son:

a)    Medir la eficiencia de los elementos que componen el acto educativo;
b) Revisar el proceso para el logro de los mejores resultados;
c) Conocer las necesidades de los alumnos;
d) Motivar al estudiante, al profesor y a la estructura escolar reforzando su acción         mediante la información del entorno.

Vale la pena aclarar de inicio qué es medición y qué es evaluación. La medición según Norman Wrong se limita a suministrar descripciones cuantitativas del comportamiento del alumno. Ésta implica resultados meramente cuantitativos y para realizarla se necesitan indicadores para medir el grado en que se pretenden alcanzar las metas. Medir significa entonces describir cuantitativamente un producto, pues toda capacidad se manifiesta en alguna forma de ejecución.

El evaluador debe descubrir por sí mismo qué es lo que quiere obtener, cómo espera utilizar su información para obtener resultados y sobre todo que la propia evaluación le sirva para tomar decisiones futuras.

¿Está justificada la evaluación? No, no siempre. Si no se tiene ninguna influencia en la toma de decisiones resultará una tarea en vano. La evaluación no vale la pena hacerse cuando se encuentra en alguna de las siguientes circunstancias:

a) Cuando se carece de una clara orientación.
b) Cuando el evaluador no está lo suficientemente calificado para realizarla.
c) Y cuando no hay nada qué preguntar o indagar.

Se evalúan los procesos, la discusión de los resultados y sobre todo los imprevistos. Por lo común, la falta de planeación en la evaluación trae consigo la melancólica connotación de los resultados indeseables. Entonces sobrevienen los reproches y las frustraciones entre quien participa en ellas.
Para realizar una evaluación objetiva, primero hay que identificar cuál es su objetivo y contenidos, lo cual equivale a contestar las preguntas: ¿Para qué se aplicará?, ¿y qué tipo de aprendizaje se explorará? Debe tenerse claro de qué tipo de evaluación estamos hablando, si de una evaluación diagnóstica, de una evaluación formativa o de una evaluación sumaria.
Con la evaluación diagnóstica se exploran e identifican los aprendizajes y las características de los alumnos.
Con la evaluación formativa se exploran los aprendizajes suministrados por las experiencias que ya hemos efectuado. El profesor la llevará a cabo utilizando sus propios medios.
En materia de evaluación se manifiesta una constante implicación del profesor como máximo responsable de su realización en todos sus momentos. Para tal fin se le exigen una serie de cualidades en torno a la capacidad de observación y espíritu de ayuda a los alumnos. Para que esto se pueda llevar a cabo el profesor debe conocer en todo momento el desarrollo del proceso de aprendizaje y formación de los alumnos.
A manera de conclusiones menciono:

1. Que la evaluación es un elemento clave en todo proceso educativo sistemático. Parte de dos dimensiones, la primera como motivaciones externas, es decir, las circunstancias que rodean el acto docente, en una palabra, el contexto. Y la segunda, de carácter técnico entendido estrictamente en el acto educativo, es decir, los elementos que intervienen en su planificación y ejecución. Dicho de otra manera, el proceso. En esta dimensión hay que entender que antes de efectuar un acto educativo, debe establecerse la forma en que éste va a ser evaluado.

2. Que el docente, por medio de la evaluación, analice y reflexione sobre su planeación los propósitos establecidos, sus estrategias, los recursos que utiliza, observando si todo ello facilita u obstaculiza el aprendizaje deseado, y de ser necesario haga las modificaciones pertinentes.

3. Que el maestro debe promover que los niños, los padres de familia, los compañeros de escuela y las autoridades participen en el proceso evaluativo, en donde todos en conjunto propongan sugerencias y soluciones a sus trabajos y actividades, construyendo así conjuntamente experiencias de aprendizaje que les permita valorar sus esfuerzos, proponiendo nuevas ideas y tomar decisiones en conjunto.

Para tal efecto, cada uno de estos actores debe de llevar un registro de las observaciones significativas del desenvolvimiento del alumno y para esto se sugieren los siguientes instrumentos:

a) Un anecdotario en el que se describa con precisión y de forma sencilla lo que sucede con el alumno en el transcurso del ciclo escolar. ( el anecdotario evalúa actitudes de los alumnos).

b)
Un diario escrito por el propio alumno.

c) Un archivo en donde el niño registre sus vivencias, exprese lo que le gustó y lo que no le gustó y por qué; qué aprendió, que le gustaría ser en futuras actividades y todo aquello que se quiera manifestar en forma libre, incorporando en este archivo todos sus trabajos y productos escolares.


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